Ruta mochilera por el norte de Marruecos en una semana
Marruecos es un destino muy popular por su cultura y su naturaleza y se puede hacer una ruta de una semana para visitar el norte del país. En este post describo la ruta mochilera que hice por el país.
Resumen de la ruta mochilera por Marruecos
Año: Marzo de 2015
DÍA 1: Meknes DÍA 2: Mulay Idris, Volubilis y Fez DÍA 3: Fez DÍA 4: Fez, Sefrou y Bhalil DÍA 5: Fez y Chefchaouen | DÍA 6: Chefchaouen DÍA 7: Chefchaouen DÍA 8: Tanger DÍA 9: Tanger |
Ruta mochilera por Marruecos en una semana
La ruta que hicimos fue:
Día 1: Meknes
Llegamos al aeropuerto de Fez y piso por primera vez en mi vida suelo no europeo. Después de los típicos trámites salimos y negociamos con un taxista que nos lleve a Meknes. Preferimos gastarnos algo más de dinero pero evitar ir a Fez para coger allí un tren o bus y perder medio día.
Llegamos a Meknes y hacemos check in en el alojamiento. Pasamos el día caminando por la ciudad, que no tiene mucha actividad porque es viernes.
Visitamos el Mausoleo de Mulay Ismail, la inmensa Plaza el-Hedim, Bab-el-Mansour y callejeamos por el Bazar.
Día 2: Mulay Idris, Volubilis y Fez
Nos levantamos y vamos a la plaza de donde parten los Grand Taxi. Negociamos con un taxista que nos lleve a Mulay Idris y Volubilis.
En Mulay Idris prácticamente no vemos ningún turista. Vamos al Mausoleo, al que no podemos entrar, y subimos por las cuestas del pueblo a ver el Minarete Circular y la panorámica del pueblo, que está construido en un monte. Después vamos a ver el complejo de ruinas romanas de Volubilis.
A la vuelta le pedimos al taxista que nos deje directamente en la estación de tren, desde donde vamos a Fez.
Día 3: Fez
Visitamos Fez tanto por nuestra cuenta como con una guía que contratamos en el Riad.
Visitamos la puerta principal, Bab Boujeloud, la Madrasa Bou Inania, nos adentramos en la profundidad del zoco, vimos las famosas curtidurías desde una terraza adyaciente, dimos una vuelta por la Plaza R’cif y callejeamos mucho.
Es muy fácil perderse por la Medina. La tarde anterior quisimos aprovechar las últimas horas de sol pero nos desorientamos por el laberinto de calles y se nos hizo de noche, aunque por suerte pudimos llegar al Riad sanos y salvos. No es una ciudad insegura.
Día 4: Fez, Sefrou y Bhalil
Como ya habíamos visitado todo Fez y estábamos un poco agobiados de tanta gente en tanta calle estrecha, hablamos con el dueño del Riad para que nos recomendara hacer algo fuera de la ciudad.
Vino a buscarnos Fouad, un taxista muy alegre que nos llevó a pasar el día a Sefrou y Bhalil, ambas muy cercanas entre sí y media hora de la ciudad.
Llegamos a Sefrou, Fouad nos deja en la puerta Bab el-Maqam y nos adentramos en las estrechas calles de dentro de la Muralla. Dimos una vuelta y sacamos algunas fotos. No hay nada específico que ver, simplemente el día a día de los locales. No había ningún turista y éramos el centro de las miradas.
Luego fuimos a Bhalil, famoso por sus casas-cueva. Dimos una vuelta por el pueblo y Fouad nos llevó a visitar a una mujer que vivía en una de éstas cuevas.
De vuelta a Fez, paramos a comer en un local de pollo fuera de la Medina, donde invitamos a Fouad y pudimos conocer mejor el día a día real de Fez.
Días 5, 6 y 7: Chefchaouen
Nos levantamos pronto para aprovechar y subir a la colina que hay detrás de la estación de autobuses antes de coger uno para ir a a Chefchaouen, donde pasamos dos días y medio en ésta increíble población situada a los pies de las montañas del Rif.
Visitamos el Kasbah, vimos la puesta de sol desde la Mezquita del Español, nos relajamos en Ras el Maa, compramos en las tiendas locales y callejeamos mucho por las azuladas calles de la Medina.
¿Qué hacer en Chefchaouen?

Día 8: Tánger
La noche anterior llegamos a Tanger y nos alojamos en Dar Yasmine, un hotel un poco cutre pero regentado por una familia que da un trato excelente.
Visitamos la Plaza 9 de Abril, el Mercado que hay al lado, callejeamos por toda la Medina y subimos hasta el Kasbah.
Día 9: Tánger
El vuelo de vuelta a Barcelona nos salía después de comer así que, como ya estamos cansados de Tánger, preguntamos en el Riad por cosas que hacer hasta entonces.
El mismo dueño del Riad se ofrece a llevarnos junto con su hijo por la Reserva Cap Spartel y las playas de Achakkar y Kacem, que hay de camino al aeropuerto. No podemos visitar las Cuevas de Hércules porque están cerradas.
Antes de dejarnos en el aeropuertos nos comimos un impresionante tajín de pescado que vendían en un pequeño puesto de comida al lado de la carretera.